Estudiar en un colegio japonés según Lorena Plaza

La beca Monbukagakusho de postgrado, que ganó su padre, le permitió a Lorena Plaza vivir en Japón por más de nueve años. Su paso por un colegio japonés y el impacto de esta experiencia en su vida en la siguiente conversación.

"Cuando llegué a Japón no sabía absolutamente nada de esta cultura, pero todos los japoneses que me rodeaban me querían ayudar en todo momento. Incluso el primer día escolar cuando estaba muy asustada, ya que no entendía lo que decía la profesora. Estuve muda aproximadamente seis meses, pero de repente comencé a hablar igual que una pequeña japonesa.

Mis primeros años allá han marcado toda mi vida incluso para mi futuro, hice grandes lazos con amigos, profesores, que aunque no los he visto hace muchos años, algunos siguen en contacto conmigo y recordándome. También fueron momentos en donde pude aprender acerca de la importancia del arte musical, ya que tuve grandes oportunidades para hacer y desarrollar lo que me gustaba. Podría decir que estos primeros años fueron los más hermosos de todos, ya que pude construir una experiencia inolvidable en mi infancia, pude desarrollarme y conocer realmente este país.

Por otro lado recuerdo mi primera impresión cuando salí del aeropuerto de Tokio, solo veía grandes rascacielos y trenes por todas partes. Para mi era muy impactante, ya que me vía prácticamente como una hormiguita. Sin embargo, lo que realmente me impactó fue que no veía pobreza en las calles y por supuesto no puedo dejar de lado que me llamó la atención como eran las personas y su cultura completa. Fue una experiencia muy interesante.

"Si hay algo que puedo destacar de Japón es la educación, sobre todo la básica, ya que es ahí en donde realmente un niño se desarrolla en todo los ámbitos. En mi caso fue muy enriquecedor estudiar allá, pero no sólo matemáticas y lenguaje sino que muchas otras actividades importantísimas que uno debe aprender. Pude encontrar el entusiasmo y entretención por el estudio en todas sus áreas, ya sea ciencia o historia, deporte o arte, matemáticas o lenguaje. Ninguno quedó fuera de mis gustos, ya que logré entender que todos podemos ser buenos en todo, sólo va por el esfuerzo y voluntad propia de querer aprender. Pero no por esto queda de lado el desarrollo personal, aunque tuve que sentir muchas veces la discriminación de los japoneses, pude aprender de ello para abrir mi mente compartiendo así toda mi vida con extranjeros de todo el mundo. Los profesores nunca se olvidaron de ayudarme y transmitirme los valores más importantes para vivir como ser humano e entregarme sabiduría al respecto.

La gran diferencia entre Japón y Chile está muy marcada en la enseñanza básica, ya que estudiar no sólo significa escuchar al profesor y leer, sino que va mucho en la práctica de ver y hacer uno mismo lo que el profesor dice. Por dar algunos ejemplos recuerdo haber hecho experimentos con químicos siendo tan pequeña, cosa que aquí no se ve hasta la universidad o aprender a usar un microscopio, plantar un vegetal, aprender a nadar, hacer competencias de lectura o de deportes e incluso conciertos musicales. Todo esto desarrolla grandes capacidades en los niños más aún si les gusta un punto específico. También se aprende acerca del esfuerzo por mejorar las habilidades que uno no tiene desde un principio, pues están todas las herramientas para ser mejor de una forma práctica y entusiasta. Creo que eso es lo que falta en la educación chilena enseñar el gusto de querer aprender.

Desde otro punto de vista, las exigencias en Japón son más que en Chile, ya que los niños se mantienen ocupados constantemente haciendo actividades y a veces llega a un punto de estrés, pero es similar a los niños de la enseñanza media de acá cuando van a dar la PSU y tienen el preuniversitario más el colegio. Pero a diferencia de que allá, ese tiempo no es sólo tercero y cuarto medio sino que es desde mucho antes, sin embargo para mí no fue tan estresante como lo es para otras personas, todo va también de acuerdo a la personalidad y la visión del estudiante.

"Hay muchas cosas que serán difícil de asimilar, más para un joven que un niño, que no conoce nada respecto esta cultura. Por decir algunos: la discriminación, la exigencia escolar en caso de que no esté acostumbrado desde pequeño, la obediencia y respeto hacia los mayores, la expresión personal que existe entre ellos, etc. Sin embargo, en general para un niño es bastante adaptable esta cultura, ya que es entretenida y diferente".

"Básicamente debe aceptar las diferencias culturales que existen para adaptarse en el país, ya que si uno vive allá, debe estar consiente de que es un lugar muy diferente al nuestro. Luego vienen los estudios, ya que muchos no soportan lo que podríamos llamar presión social, que desde mi perspectiva es cosa de costumbre. En definitiva deben ser personas con voluntad propia, responsables y esforzadas. Todos estos elementos los ayudarán mucho no sólo en el estudio sino que para la vida en general. Sería bueno también que conozcan algo del idioma, ya que allá no se habla inglés y se perderían mucho al principio. Lo más importante es abrir un poco la mente y aprender de las diferencias que existen tanto en el estudio y como en la cultura de este país".

"En estos momentos creo que toda mi experiencia ha marcado tanto mi pasado, presente como futuro y por esto mismo me encantaría regresar a Japón en algún momento de mi vida, ya que siento muy cerca esta cultura. Al mismo tiempo, como hay muy pocas personas que han vivido allá desde tan pequeños conociendo la cultura y el idioma, he logrado formar una visión muy completa de lo que es el concepto “internacional”. Es a lo que me gustaría dedicarme profesionalmente, ya sea con Japón como también con otros países de todo el mundo y colaborar para mejorar el intercambio cultural. No dudo que toda esta experiencia me ayude a lograr todo esto".