Verónica Rivas: "Es muy buena idea importar desde China, siempre que antes investigues tu mercado en Chile"

Verónica Rivas es una ingeniera comercial que optó por cuidar a sus hijos desde casa, y aplicar sus conocimientos profesionales importando productos desde China. Hoy, se dedica a traer y comercializar colgadores de ropa (www.colgadoresderopa.cl) y en la siguiente nota nos cuenta de sus principales aprendizajes en esta materia y entrega prácticos consejos a los chilenos que deseen seguir su ejemplo.

¿Cómo nace la idea de importar desde China?

"Mi situación es un poco atípica, porque si bien soy de profesión ingeniera comercial, decidí cuidar a mis niños en casa. En cierto momento sentí que tenía que aplicar mis conocimientos y buscar una oportunidad compatible a mi etapa de vida, entendiendo que no podía tener un trabajo estable de 9 a 6 de la tarde. Así que en esta búsqueda de desarrollo de forma "alternativa" tuve la idea de importar. Hice el curso de importaciones en la Cámara de Comercio Asia Pacífico y la verdad es que se me abrió un mundo de posibilidades. Al mismo tiempo se me ocurrió hacer una alianza estratégica con una tienda en Patronato, la fábrica de maniquíes "Arte y Taller", ya que ellos comercializan accesorios de tienda, lo que calzaba súper bien el producto que yo había pensado que eran colgadores de ropa. Por ende no tengo puesto fijo y el tema del tiempo también me acomodaba súper bien. Con ellos nos pusimos de acuerdo en que el producto debía ser de muy buena calidad y en  políticas de trabajo. Al final me lancé y traje los colgadores de ropa y en estos momentos están en la tienda”.

¿Cuáles han sido los mayores desafíos o dificultades que encontraste para importar desde China?

“La mayor dificultad que se me presentó se relacionó con ser un poco más experta en relación a los códigos de las empresas de transporte marítimo, los embarcadores, las embarcaciones, los costos, las tarifas, las diferentes tarifas altas o bajas de acuerdo a los periodos de tiempo. También existen ciertas variables, como las huelgas portuarias, que uno no maneja  y eso fue súper complejo porque llegó el producto fuera de tiempo, ya había pasado la alta demanda y se tuvo que generar una estrategia comunicacional y todo un esfuerzo adicional”.    

¿Qué debe tener en claro un emprendedor como tú a la hora de importar desde China?

“Qué importar y a quién venderle. Hay gente que dice “oh que buena, China… vamos a importar de China”, pero no es tan simple el tema. Por ejemplo, un amigo trajo pendrives cuando todavía no eran tan masivos los de 1 GB o 4 GB.  Y claro, dijo “voy a traerlos porque están baratos” pero se quedó con todo el stock ya que no supo a quién venderle.  Es una muy buena idea, pero también tienes que saber quién es tu mercado, porque de lo contrario no va a resultar. Esa es una de las cosas más importantes”.

¿Para eso hiciste algún estudio de mercado previo?

“Claro, justamente se hizo un estudio de mercado con mi socio estratégico. Vimos cuáles eran las necesidades de ellos, qué andaban buscando, por qué le compraban a él y no le compraban a la competencia, cuáles eran las necesidades, las compras que se hacían en alta temporada, en baja temporada, etcétera. También estudiamos las experiencias que habían tenido por la mala calidad de los colgadores que ellos compraban…que se quebraban o llegaban en mal estado. Con toda esa información fuimos viendo el producto que necesitaban en el mercado y le buscamos un precio. Fue toda una investigación previa”.
   
¿Cómo lo hiciste para asegurarte que el producto que tú pedías fuera efectivamente el que te llegara?

“Pedí muestras. Acá también se aplica la responsabilidad en relación a lo que vas a entregar al mercado. Es decir, yo necesitaba ciertas cualidades del colgador, con cierto espesor, que tuviera cierta resistencia. Y para poder certificar que fuera así, le dije al chino claramente lo que necesitaba, en inglés pero como de niños, con peras y manzanas para que no quede espacio a error. Ahí también hay un tiempo en recibir la muestra, tomar la decisión analizando si  es lo que esperabas y lo que solicitaste. Creo que cuando uno está invirtiendo montos no muy elevados se lanza más fácilmente a la piscina. Luego viene el tema de las empresas certificadas. En la Cámara hice otro curso de certificación de proveedores, que es lo más complicado dentro de las importaciones y acá estoy, aventurándome en un mundo tan grande como es China”.

¿Nunca tuviste problema con algún envío?

“No. Cuando llegó la primera importación, con tantas cajas, yo pensé “ojalá que no se hayan quebrado” y también tuve incertidumbre de que me llegara realmente lo que pedí. Luego cuando te das cuenta que está todo bien, es todo satisfacción. Obviamente que hay cosas que hay que ir mejorando, pero creo que de momento lo he hecho bien.

Entre tu primera importación y la última ¿qué cosas mejoraste?

“En el transporte marítimo. Hay que fijarse muy bien en lo que te cobran para no encarecer tu producto y ahora veo que podría haberlo hecho mejor en este ítem. No manejé el tema de las altas y las bajas temporadas en relación a los tiempos de transporte y en cierto momento, por haberme demorado 5 días, ya que el chino me entregó la mercadería 5 días después, me cobraron un 70% más de la tarifa que yo había cotizado por transporte marítimo y eso me afectó un montón después en el precio final. Eso ha sido lo más difícil y hay que intentar manejarlo”.

¿Qué ha sido lo más beneficioso de importar desde China?

“Lo más beneficioso es que te vas metiendo en un mundo totalmente desconocido. Te aporta harto en conocer otra cultura más lejana, aprender de negociación y aplicas hartos conocimientos teóricos. Lo recomiendo absolutamente, pero sí teniendo claro que hay que ser súper ordenado en las ideas de lo que quieres traer y a quién venderlo, porque si no va a ser una mala experiencia”.