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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Segunda visita oficial de Xi Jinping a América Latina marcada por los acuerdos políticos

01 agosto 2014

La gira del presidente chino a la región en julio 2014, es la segunda visita oficial que realiza desde que asumió la presidencia en 2013. Si bien los tratados comerciales fueron el eje principal en los encuentros con Brasil, Argentina y Venezuela, se impulsaron importantes acuerdos políticos que según la red de expertos en la materia, se podrían concretar a mediano plazo.

La gira del presidente chino a la región en julio 2014, es la segunda visita oficial que realiza desde que asumió la presidencia en 2013. Si bien los tratados comerciales fueron el eje principal en los encuentros con Brasil, Argentina y Venezuela, se impulsaron importantes acuerdos políticos que según la red de expertos en la materia, se podrían concretar a mediano plazo.

 

Búsqueda de mayor influencia en América Latina 

 

En su primera gira oficial en 2013 Xi Jinping visitó México, Costa Rica, Trinidad y Tobago como una escala previa a la reunión con el Presidente de Estados Unidos. Por su parte, en julio 2014 los países elegidos fueron Brasil, Argentina, Venezuela y Cuba con quienes mantiene acuerdos por un total de U$10 mil millones en minería, construcción y turismo.

 

La gran inversión china en América Latina pueden explicarse por la necesidad del gigante asiático en entregarle insumos a su economía. De esta manera, los recursos naturales presentes en nuestra región son esenciales para seguir impulsando el crecimiento, lo que se suma a las oportunidades que presentan los mercados latinoamericanos para la inversión en infraestructura, turismo y servicios financieros.

 

Para Xulio Ríos, director del Observatorio de la Política China, además de los lazos económicos por los recursos y mercados, debe agregarse la búsqueda por lograr una mayor influencia a través de “una asociación más estrecha con los países emergentes, buscando una voluntad más equilibrada en la relación bilateral, fortaleciendo contenidos de cooperación tecnológica que van más allá de los hidrocarburos y los recursos mineros”, afirmó.

 

Sin embargo, los acuerdos económicos no fueron dejados de lado. Con Brasil se contempla que capitales chinos participen en la construcción de una red ferroviaria que cruzaría el continente desde Brasil a Perú, además de la construcción de nuevas líneas de trenes en Argentina estimadas en más de U$2.100 millones, y acuerdos bancarios con Venezuela.

 

“Xi Jinping viajó a América Latina en un momento de coyuntura financiera crucial para la región, lo que sumado a su poder interno y presiones geopolíticas en Asia Pacífico, le dan un impulso especial y una alta capacidad de negociación desde una posición de poder”, señaló Victor Mijares, cientista político del German Institute of Global and Area Studies (Giga).

 

Una gira menos comercial y más política

 

La importancia de China como socio comercial de la región es evidenciada por el hecho que es su segundo socio comercial, el intercambio se ha multiplicado en la última década, pasando de los U$12 mil millones el año 2000, a los U$26 mil millones en 2013. Se espera que para el 2020 la cifra supere los U$150.000 millones.

 

Dando por sentado el dinamismo comercial, la visita de Xi Jinping puso de manifiesto su intención de trascender lo estrictamente comercial. Según Víctor Mijares, China tiene una oportunidad importante de ganar mayor influencia en América Latina, al tiempo que podría garantizar la prolongación de los proyectos políticos vigentes, brindándoles un alivio financiero de emergencia.

 

Sin embargo, en esta oportunidad “Xi Jinping viaja como presidente de la República Popular y Secretario General del Partido Comunista de China, además de haber recibido el mando de la Comisión Militar Central. Está en el esplendor de su poder interno y con él la quinta generación del Partido Comunista Chino -la más tecnocrática que haya gobernado a la China moderna-, la primera que muestra rasgos del resurgimiento nacionalista chino”, agregó Mijares.

 

Una opinión similar tuvo Xulio Ríos, coincidiendo en que la carga política de esta gira es notoriamente más intensa que en anteriores ocasiones, resaltando además que demuestra “un salto cualitativo en la manera de afrontar la relación con América Latina y reconfigurar la gobernanza global, sumando activos en la región”.

 

Resultados y consecuencias a futuro

 

Si bien la gira oficial del mandatario chino selló acuerdos importantes que comenzaron a ponerse en marcha desde el momento de su firma, hay objetivos políticos y comerciales que formaron parte esencial de su visita y que generarían resultados en el mediano y largo plazo.

 

Para Xulio Ríos, “más allá de las operaciones concretas, destacaría la puesta en práctica de una voluntad clara de comprometerse con la transformación estratégica de la región, especialmente en el orden de las infraestructuras. Es evidente que ese escenario abre muchas oportunidades a las empresas chinas y a su propio gobierno –erosionando la poca influencia política que queda de Taiwán en el continente- pero también a los países de la región que pueden construir y desarrollar un marco más amplio de la cooperación bilateral sentando las bases de un progreso más sostenible”, señaló.

 

En la misma línea, Mijares tuvo una apreciación similar, agregando que en algunos países el compromiso es mayor, sobre todo los que forman parte -o están más cercanos- al bloque Mercosur, ya que la inversión china se les presenta como una solución financiera cuando “comienzan a sentir el rigor de las consecuencias de sus elevados gastos públicos y el estancamiento de las materias primas”, comentó el cientista político.

 

Cómo se incluye a Chile en los alcances de la visita

 

Visto desde un contexto regional, nuestro país no fue elegido para ser visitado por Xi Jinping en su gira presidencial, pese a ser socios importantes y tener un Tratado de Libre Comercio suscrito hace ocho años. Sin embargo se realizó en Brasil una reunión bilateral donde asistió la presidenta Michelle Bachelet, sirviendo también como una antesala al encuentro Apec que se realizará el 10 de noviembre en Beijing.

 

“Chile ha jugado muy ordenadamente en sus relaciones con China, sin embargo la reunión que tuvo la presidenta en Brasil fue sirvió para remarcar que pertenecemos a un especio geográfico que se puede aprovechar en su totalidad y donde nosotros también formamos parte. En ese sentido Chile tiene que abrirse a todas las tendencias, no solo comerciales sino también en lo político y cultural que puedan ir abriendo las relaciones bilaterales”, señaló Philippe Werner- Wildner, master en relaciones internacionales de la Universidad de Jilin, China.

 

El cobre y la minería en general son rubros comerciales de alto interés estratégico para el gigante asiático, no obstante una de las premisas que dejó la visita del Presidente de la República Popular China es que deben crearse afinidades perdurables para potenciar los acuerdos comerciales. Para Werner- Wildner no se trata de un tema ideológico, sino de tener lineamientos económicos con mejores condiciones. “La inversión que se hace en Argentina y Venezuela -países contrarios a Estados Unidos- se da en términos económicos neoliberales por la seguridad y estabilidad en el tiempo”.


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