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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

El desafío de incorporar una mirada de género a las políticas de recuperación postpandemia

09 marzo 2021

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) dio cuenta en su informe “La autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenible y con igualdad” que el coronavirus afectó negativamente las condiciones laborales de las mujeres en América Latina, generando un retroceso de más de una década en los avances logrados en la inserción laboral.

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Para superar los problemas de desigualdad en el trabajo entre hombres y mujeres, promover una mayor inserción y reinserción en la fuerza laboral, además de reducir las brechas salariales, la Cepal plantea para 2021 una recuperación económica fundamentada en un nuevo pacto fiscal que tenga mirada de género, que además de mejorar las condiciones de financiamiento al emprendimiento femenino, aporte a los sectores de la economía altamente feminizados como el sector de comercio, servicios o turismo. Más detalles de este informe y sus recomendaciones, a continuación.

Efectos económicos negativos en la autonomía económica de las mujeres

El Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo de 2021, se conmemoró en un contexto particularmente complejo para la mujer en todo el mundo, pero particularmente para las mujeres de América Latina y el Caribe. Esto porque dadas las condiciones del confinamiento que aún se mantienen en países de la región para frenar los contagios, se registró una considerable salida de mujeres de la fuerza laboral. Entre las razones que explican esta situación, está la necesidad de millones de mujeres de dejar sus trabajos para atender labores no remuneradas en el cuidado de sus familiares, al interior de sus hogares.

Para María Angélica Cruz Contreras, doctora en sociología y académica de la Universidad de Valparaíso, en el tema laboral casi en todas las sociedades desde hace muchos años la situación de las mujeres se encuentra en desventaja. “Durante la pandemia esto se ha recrudecido porque efectivamente hay muchas mujeres jefas de hogar, casi la mitad de los hogares tienen jefaturas de una sola mujer, o con muy pocas redes de apoyo. Y cuando las mujeres no están solas, la mayor parte de los padres no tienen la misma responsabilidad en el cuidado, ya sea de los hijos, de adultos mayores. Entonces, el tema de los cuidados recae principalmente en las mujeres y eso ha hecho que se dispare el desempleo femenino, aumente la precarización de los trabajos de las mujeres y, si ya habían brechas salariales, las empresas tienden a descartar primero a las mujeres que les resultan más complicadas según una lógica que nos rige”, destacó.

Ya sea por las demandas de la educación no presencial en niñas, niños y adolescentes, o los cuidados de personas mayores, incluso la asistencia de familiares enfermos, el organismo estima que un 56,9 por ciento de las mujeres en América Latina no ha podido retomar la búsqueda de empleo, o se encuentran ocupadas en sectores afectados negativamente. Este dato es entregado en el informe La autonomía económica de las mujeres en la recuperación económica sostenible y con igualdad en el que se alerta sobre los efectos negativos, tanto económicos como sociales en la autonomía de las mujeres.

En opinión de María Angélica Cruz, el trabajo en general se ha intensificado para las mujeres, tanto el remunerado como el no remunerado y el trabajo comunitario con las ollas comunes, y eso no ha tenido ningún tipo de apoyo ni reconocimiento por parte del Estado, o el sector privado y, en general, de los empleadores. “Estamos dentro de un modelo donde todo se vive como si fuera un problema individual, y la única red de apoyo son las familias. Cada mujer y cada familia tienen que resolver esto por si mismos. A esto sumemos otro problema que está ligado a las funciones económicas, porque cuando no hay autonomía económica, está todo enlazado, hay situaciones de violencia doméstica, violencia intrafamiliar, violencia hacia las mujeres y, esas mujeres, si no tienen independencia económica en esas condiciones, además encerradas en las casas, están mucho más expuestas al tema de la violencia por parte de su pareja o de otros hombres en los hogares”, comentó.

Más aún, se estima que la tasa de desocupación de las mujeres podría superar el 22 por ciento entre fines de 2020 y comienzos de 2021, pues durante el segundo trimestre de 2020 se registró la mayor caída de la actividad económica. Este comportamiento, sin duda alguna, ha tenido repercusiones en la proyección a futuro de la desocupación y la participación de las mujeres en el mercado laboral de la región. De tal manera, esta tendencia perjudica también el ingreso a futuro de los hogares, sobre todo los más vulnerables. “Alrededor de 118 millones de mujeres latinoamericanas vivirán en situación de pobreza”, señala el informe.

Impacto negativo en sectores económicos "altamente feminizados"

Además de esta realidad que llevó a millones de mujeres a dejar sus puestos de trabajo por necesidad, se suma que los sectores de la economía que tradicionalmente han empleado a más mujeres se encuentran en considerable desventaja. industrias como el turismo, manufactura, comercio y trabajo doméstico remunerado, han sido fuertemente afectados por el cierre de fronteras, el desplome del comercio mundial y por la paralización de la actividad productiva interna, entre otras.

A esto se agrega el hecho de que la participación de las mujeres en el trabajo remunerado -sostiene el informe- se complejiza aún más por desigualdades estructurales que históricamente las han afectado. Por ejemplo la mayor presencia en empresas de menor tamaño, mayores barreras para acceder a financiamiento, ya sea para emprender o exportar, pero también la concentración en sectores y ocupaciones de menor productividad, entre otros.

Parte de esta situación es explicada por el hecho de que las medidas de confinamiento han obligado a muchos comercios a cerrar sus operaciones o migrar hacia sistemas en línea. En América Latina y el Caribe, solo el sector comercio explica el 21,6 por ciento del empleo femenino -además de una inestimable proporción del empleo en la informalidad- sin embargo, un 69 por ciento se concentra en empresas de menos de cinco personas y más de 41 por ciento son trabajadoras por cuenta propia.

De igual manera, el informe entrega otro dato que demuestra la precariedad laboral de las mujeres a raíz de la pandemia: las condiciones de las trabajadoras de la salud. Si bien el sector salud es altamente feminizado -el 73 por ciento de las personas empleadas son mujeres- y ha sido fundamental para superar la crisis sanitaria, sus condiciones de trabajo son precarias debido a una amplia brecha salarial en comparación con el personal masculino, pero también por la extensión de las jornadas laborales y la falta de protección, situación que redunda en mayor estrés personal y probabilidades de contagio.

Necesidad de políticas fiscales con enfoque de género

Uno de los principios básicos que plantea la Cepal para superar la situación económica actual que afecta a las mujeres de la región, es que los gobiernos de la región impulsen políticas que de manera simultánea y sinérgica avancen en crecimiento económico e igualdad. Para el logro de aquello, propone un nuevo pacto fiscal cuyo elemento central sea la recuperación sostenible de la economía con perspectiva de género. En función de esto, plantea los siguientes requerimientos.

  • Inclusión de criterios diferenciados entre hombres y mujeres que se apliquen en las metodologías de evaluación de impacto, principalmente en las que son utilizadas por los ministerios de hacienda para sus decisiones presupuestarias.
  • Aumentar niveles de recaudación con el fin de movilizar recursos públicos adicionales para enfrentar las necesidades crecientes de financiamiento.
  • Asignación de presupuestos especiales y suficientes para servicios de atención a situaciones de violencia de género, salud sexual y reproductiva, o de cuidado en general.
  • Paquetes de estímulo fiscal que se orienten a la protección de ingresos, del empleo de las mujeres afectadas por la crisis, además de mayor participación en la reactivación económica.

A estos requerimientos se suma la necesidad de reactivar los sectores económicos gravemente afectados, como por ejemplo, el turismo o los servicios, además de otras áreas que aporten en la empleabilidad de las mujeres. De igual forma, la Cepal plantea desarrollar estrategias de reconversión laboral, garantizar el acceso de las mujeres al mercado, no solo como empleadas sino también como empresarias. Asimismo, invertir en la economía del cuidado y visibilizar los efectos positivos de la participación laboral de las mujeres.

Respecto de tales propuestas, comentó que son necesarias políticas con mayor autonomía para los gobiernos locales y los municipios. "Son ellos los que podrían tener un mejor vínculo con las organizaciones sociales que tienen más claridad en los territorios sobre cómo llegar de manera más efectiva. Por ejemplo, las ollas comunes tendrían que tener un apoyo estatal y transferencia tecnológica, tendrían que tener funcionarios de los municipios apoyando, porque no puede ser solo iniciativa de los vecinos. Las mismas empresas también deberían tener algún tipo de apoyo, de franquicia, de incentivo de parte del Estado que les permitiera extender lo que está haciendo el postnatal en condiciones de pandemia, favorecer el empleo femenino. Esto que inventaron de que se puede suspender el empleo y retomarlo después, es algo que la mayor parte de las mujeres no podrán hacer, aunque las dejen volver, si no hay soporte para cuidar a los niños y niñas. Toda la discusión de si los niños vuelven o no al colegio, tiene que ver también con eso, con cómo nos hacemos cargo de la crianza como sociedad y no verlo solo como un problema de las mujeres, tienen que haber soportes locales de cuidado infantil, comunitarios y con apoyo", expresó.

Mirada desde el Parlamento

Una opinión sobre esta realidad económica y social de la mujer en nuestro país durante el período de la pandemia tuvo la diputada Ximena Ossandón, para quien se trata de un efecto esperado no deseado, por cuanto las mujeres trabajadoras reciben una menor remuneración y además han sido el pilar de sus familias. “Tienen más inestabilidad laboral y recae sobre nuestros hombros distintos roles que hacen relación con el cuidado de la familia, de los adultos mayores, etc. Esto se vio muy claramente durante la pandemia y esos roles lamentablemente aún no son compartidos culturalmente con los hombres”, señaló.

En relación a la precariedad laboral, la parlamentaria lamentó la situación actual en la que se encuentran las mujeres. “Hemos retrocedido en temas de inserción laboral diez años. Son diez años y es mucho. A esto sumemos que hay estudios que indican que se calcula que cerca del 90 por ciento de las mujeres que dejaron sus trabajos formales, es decir, que además dejaron toda la protección social y es muy probable que no vuelvan a este tipo de trabajo, entonces es una situación muy dramática porque no solo la pandemia sanitaria va a tener cara de mujer, sino también la pandemia económica”, agregó.

Sobre la necesidad de impulsar políticas de recuperación con mirada de género, se mostró de acuerdo y afirmó que es necesario que también se mantenga en el proceso constituyente. “La mirada de género claramente debe iluminar la discusión y la implementación de la recuperación económica post pandemia, por todo lo anteriormente señalado y por las condiciones que siempre han afectado a las mujeres, pero primero que todo porque es de toda justicia. Estamos ad portas de escribir una Constitución que va a tener una perspectiva de género muy potente porque va a ser escrita paritariamente, entonces al estar más desprotegidas las mujeres también las familias se ven más afectadas, creo que cualquier apoyo debe tener una mirada y un sentido de urgencia en relación con las mujeres”, sentenció.

Las recomendaciones emitidas por la Cepal para la recuperación económica de América Latina y el Caribe con mirada de género, se circunscriben al Objetivo de Desarrollo Sostenible 5 de la Agenda 2030, sobre Igualdad de Género.

 

Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl


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