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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Francisco Rossi: "Busca un nicho para tu producto en China y atácalo"

18 abril 2009

Francisco partió tras salir de la universidad a Shanghai, buscando conocer una nueva cultura e idioma. Sin embargo se encontró con una realidad muy distinta a la chilena, de la que nos habla en las siguientes líneas.

Francisco partió tras salir de la universidad a Shanghai, buscando conocer una nueva cultura e idioma. Sin embargo se encontró con una realidad muy distinta a la chilena, de la que nos habla en las siguientes líneas.

Mi decisión de partir a China: ¿Dubai, Nueva Delhi y Shanghai?


Como siempre me ha gustado el tema de los idiomas, apenas me titulé de la universidad pensé en aprender uno nuevo y junto con ello viajar, ya que sabía que cuando comenzara a trabajar y a ganar dinero, se me haría cada vez más difícil. Fue así como, luego de pensarlo bastante, me di a elegir entre tres opciones de destino: Dubai, Nueva Delhi y Shanghai. Quería algo “distinto”, conocer una cultura diferente, otro idioma, y mi decisión final la tomé luego de también comparar las perspectivas económicas de cada lugar. Dubai es todo un tema, pero no me llenaba y la calidad de vida no era muy grata. Con respecto a India, le tengo mucha fe y me gusta mucho, ya que es un gran país, con 1.100 millones de habitantes, donde hablan inglés, pero creo que aún no es su momento. Así que me quedé con China y, por un tema de negocios, comprendí que Shanghai era donde tenía que estar.

Una vuelta con retorno

Tras vivir un semestre en Shanghai, desde donde hoy escribo, tuve que volver a Chile el año pasado, y trabajé en Puerto Montt. Sin embargo, sabía que iba a regresar. Es que no hay que tener demasiada visión para ver que China es un monstruo,  que puede fácilmente llegar a convertirse en un motor de la economía mundial. Acá hay muchas oportunidades, y no sólo de emplearse para una transnacional o gran compañía, si no para hacer cosas independiente, lo que siempre ha sido de mi interés. Por ejemplo, por cómo está creciendo la clase media china y su poder adquisitivo, creo que comprarle a los chinos es el negocio del presente, pero venderles es claramente el del futuro.

Siempre les hablaba a mis amigos de las oportunidades de China y todos me decían que era muy lejos, muy distinto, pero mientras uno más viaja, más se le achica el mundo y más fácil ve hacer negocios sin barreras (imagínense que una vez almorcé en Milán y al siguiente día estaba cenando un asado al palo en Queilén, un pequeño pueblo de Chiloé).

Mi primera impresión del gigante asiático

Cuando llegué no sabía mucho de Shanghai y prefería descubrirlo por mí mismo. Sí sabía que intentar explicarle al taxista cómo llegar a mi universidad iba a ser prácticamente imposible, así que sólo me preocupe de llevar escrito dónde tenía que ir y antes de subirme al taxi cambié unos cuantos dólares en el aeropuerto.

Desde que salí de ahí noté que todo es muy diferente y que además es muy grande, considerando que esta ciudad tiene más habitantes que todo Chile. Aquel día, para llegar a la universidad tuve que atravesar la ciudad de sur a norte, lo que fue bien interesante, ya que Shanghai está dividida en dos partes. Primero encontramos el Pudong, que es similar a occidente, con grandes edificios, McDonalds y gente que habla inglés. Luego está “la parte china de China” que es donde vivía, y se caracteriza por ser muy pobre, con gente tratando de vivir el día a día, algo bien triste. El costo que están pagando, supongo.

Hablando de costos, otro que uno nota apenas llega, es la contaminación. Shanghai es una ciudad muy contaminada, llena de industrias en sus alrededores, lo que es algo en que tienen que trabajar.
 
La diferencia de hacer negocios en China

Acá, al momento de hacer negocios, primero están las personas. Hablar o intentar hablar chino hace una gran diferencia porque muestra que estás muy interesado en su cultura. Por otro lado, si no hay tiempo para aprender el idioma -algo muy común- por cierto, es importante mostrar respeto por cultura y tradición china. Nadie puede llegar de manera prepotente sólo por creerse superior, por tener más recursos o algo por el estilo, ya que la humildad es un factor vital al momento de hacer negocios con los chinos, y el término “guanxi”, muy usado por acá, implica actuar de manera tal que se logre una buena relación con la contraparte.

Es por ello que me di cuenta que aprender el idioma era la mejor inversión que podía hacer, aunque por supuesto también intento relacionarme con chinos y voy a muchas ferias de negocios, reuniones de networking, entre otros. Pero lo principal es llegar abierto al hecho que los negocios acá no se hacen igual que en occidente y hay que venir con la mente abierta, con tolerancia y en muchos casos con bastante paciencia.
 
Busca un nicho para tu producto… ¡y atácalo!

China es un país muy grande, tanto en términos de superficie como de habitantes. Y aunque sólo conozco un pequeño pedacito de este país, ya veo miles de oportunidades para todo tipo de personas con diferentes metas y anhelos. Con respecto a esto último, la visión personal de negocio es fundamental si se quiere hacer una diferencia, y creo que las verdaderas oportunidades están relacionadas con venderle a los chinos, más que el solo hecho de aprovechar la ventaja comparativa china por excelencia: su bajo costo de mano de obra.

Por otro lado, el chino está cada vez más occidentalizado y quiere tener la opción de elegir entre distintas marcas, al tener además cada día mayor poder adquisitivo. Un ejemplo claro es el de los gimnasios, ya antes no solían ir. Sin embargo, hoy el 0.6% de los chinos asiste a uno regularmente y el negocio crece de forma increíble. Eso es por un lado. Buscar un nicho bien claro para tu producto y atacarlo. No será algo fácil ni rápido, pero si altamente rentable en el largo plazo.

También es importante recalcar que China no sólo vive de su mano de obra barata. Cada vez está mejorando su tecnología y hoy venden maquinaria pesada, automóviles y diversos insumos industriales, entre otros bienes, a un precio menor que la competencia internacional. De igual forma hay que tener ojo con lo que se podría sacrificar en calidad, pues China seguirá siendo destino obligado de personas que buscan economías de escala en su producción.

Lo ideal acá es tener claro lo que puedes hacer porque, independiente de lo que se quiera realizar, si se comercializa de manera adecuada China puede perfectamente tener la capacidad de oferta o demanda para un determinado producto.
 
Aprender chino: ¿es necesario?

Si bien saber comunicarse en chino no es fundamental, si es muy bien apreciado. Uno lo ve en el día a día, cuando toma un taxi, cuando compra el diario. La gente cambia del cielo a la tierra al darse cuenta que uno les habla en chino. Y también se nota en algo que se ve mucho acá: regatear en mercados. Si hablas chino, el precio baja "automáticamente" en un 50% en promedio. Al respecto, la semana pasada compré unas zapatillas, que tenían precio 438, y terminé pagando 60.

A pesar de los beneficios que puede traer el manejar el idioma, conozco gente que lleva acá 10 o 20 años, que no hablan chino y se mueven tranquilamente. En este sentido, depende de cada uno. Está claro que no todas las personas tienen la posibilidad, ganas o motivación de venir a aprender un idioma como este, ya que es un trabajo full-time, que requiere de mucha disciplina, y siempre debemos tener en cuenta que los chinos son personas muy orgullosas de su cultura e historia. Cualquier muestra de aprecio será muy bienvenida y recompensada; y el mayor gesto que puedes tener es hablar su idioma, porque saben que es un proyecto de largo aliento y que denota compromiso e interés en su cultura.
 
Mi futuro en China y mi relación con Chile

No hay día que pase que no piense en esto y, por el momento, tengo claro que quiero aprender chino mandarín, para lo que estudiaré todo este año y que, independiente si me quedo por acá, vuelva a Chile o me vaya a un tercer país, no me desconectaré de China.

Ahora, en términos concretos, no tengo claro mi futuro. Y no es que esté perdido en el espacio, si no que como pasan tantas cosas todos los días, cualquier detalle puede cambiar una idea muy estructurada, teniendo en cuenta además que voy a ferias de negocios y que conozco mucha gente. Tengo un plan de vida, en términos de negocios, sé lo que quiero pero no exactamente de qué forma lo realizaré, así que por ahora estoy trabajando en ciertos proyectos y estudiando chino. Después de eso veré si trabajar part-time, full-time o asociarme.

Finalmente, les cuento que hay mucho que hacer por acá, y Shanghai es una ciudad increíble para hacer negocios, muy linda para vivir y muy cosmopolita, pero hay que tener en cuenta que no es necesario vivir acá o en cualquier otra ciudad china, para hacer negocios con los chinos. Estamos en la era de las comunicaciones, en que podemos estar en cualquier parte del mundo, sentirnos conectados y mi experiencia en China me asegura que los límites se los pone uno mismo.

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