CBI en Chile: El canto de la ballena

Todas las ballenas miran a Chile, porque en junio de este año se celebra la 60º Comisión Ballenera Internacional en nuestro país. Delegados de las 78 naciones miembros debatirán sobre el estado de los santuarios balleneros, el planeamiento de estrategias para la observación de los cetáceos y la caza científica, entre otros temas relacionados con la protección. Sepa cuál es la postura de Chile al respecto.

El país forma parte del bloque conservacionista, es decir, de aquellos que defienden el derecho a vida de las ballenas y grandes cetáceos. Así lo confirma el último comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores, a propósito del plan de caza que esta temporada lleva a cabo Japón en las proximidades del territorio antártico.

“La participación de Chile en esta iniciativa es consecuente con su política de privilegiar la investigación científica, sin afectar la integridad de esta especie. Chile ha promovido esta política en el seno de la Comisión Ballenera Internacional como país y como miembro del Grupo de Buenos Aires, grupo regional destinado a proteger las ballenas”.

El senador Andrés Allamand, miembro de la Comisión de Bienes Nacionales y Medio Ambiente de la Cámara Alta, opina que Chile debe tener una política nacional de uso sustentable de cetáceos, que se haga cargo de los problemas originados por el transporte de embarcaciones y de los obstáculos que interpone la industria acuícola, así como de promover el turismo asociado al avistamiento de ballenas.

“La convención anual de la Convención Ballenera Internacional es una oportunidad para avanzar en este camino, aunque se debe evitar complacer a la comunidad internacional con gestos fáciles pero de poca efectividad real”, agrega.

La CBI surge en 1946 en el marco de la Convención Internacional para la Regulación de la Caza de las Ballenas y su misión es promover la subsistencia adecuada de los stocks de ballenas, para posibilitar el desarrollo de la industria ballenera. La CBI no es una ONG protectora de cetáceos, si no que su rol es regular la cantidad y calidad de vida de las ballenas, en función de los requerimientos de los países que forman parte de esta instancia.

Sin embargo, dada la merma en las poblaciones de ballenas y la presión ecologista internacional, la CBI fue tomando acciones que limitan la caza comercial, suspendiéndola en 1986. Aunque no está claro que esta política haya favorecido la conservación, puesto que, paralelamente a la suspensión de la caza comercial, se intensificó la caza científica. Este es uno de los temas álgidos de las últimas reuniones y seguramente lo será también en nueva versión.